viernes, 25 de marzo de 2016



     
Si hay en este mundo del toro un profesional con resignación y con una manera de vivir para y por el mundo del toro, este se llama Jesús Perez:

            " EL MADRILEÑO"



   Su afición le viene desde chiquitito, cuando con un familiar se acerca a una corrida de toros,  y esto le impregna en sus sentimientos tanto, que quiere ser torero, pero tanto y de que nanera, que cuando se quiere dar cuenta, ya no puede salir de ese círculo,  lo único que intenta, es triunfar y verse en todas o en las mayoría de las plazas de todo el mundo taurino, apoderandose de el,  ya no una profesión, si no un sentimiento.
  Se viste de luces en Cuellar, Segovia,  siendo uno de los días mas inolvidables de su carrera, puesto que los trajes de torear solamente se los ponía para probárselos en su casa, y cuando llega el día y además con compañeros en las plazas de la categoría de  "Fundi", "Bote", etc, que además le decían amistosamente, el madrileñito, con esos pelitos ribios que tenia, puesto que ellos eran algo mayores en edad,  y en el paso por la escuela taurina  de Madrid, pues le llenaba de satisfacción,  de dar ese pasito de becerrista, a novillero sin caballos.  En Andara Alicante llega el debut con picadores, siendo más diferente, se siente más torero, mas profesional, viendo como le chorrea la sangre del puyazo a el toro por el lomo, como se siente ese sonido de estribos  de los caballos de picar, viendo el animal con mas volumen, y además pensando en que solamente se separa un paso para  llegar a ser matador de toros, logrando en esas entremedias,  su presentación en la primera plaza del mundo "Las Ventas", de Madrid, una tarde que según "El Madrileño", la recuerda como una fecha amarga, puesto que  fue una mala tarde, con un ganado muy duro y difícil, sin opción de triunfo que chafo todas las esperanzas y las ilusiones que llevaba, a ese coso, que tanto da, pero también que tanto te puede quitar.

Dos años más tarde de ese debut, cuando su carrera se había puesto muy cuesta arriba, en condiciones muy difíciles, se le cruza en otra de las vueltas a esa plaza de toros, un  novillo, de nombre "Gañan", novillo que tiene en el salón de su casa por cierto, que le corresponde en primer  lugar, le  corta las dos orejas, toca el cielo con las manos, le da la vida, la felicidad, y el resurgir de su carrera de nuevo, como novillero, no en ese año pero si al siguiente, con 36 fechas en el esportón, Albacete, Nimes, etc., 

metiéndose en el circuito de nuevo y llegando a torear en las primeras plazas y ferias de toda España,  teniendo como curiosidad, que en esta plaza en la que le dio todo, al poco tiempo recibe una gran cornada, haciendo el gran esfuerzo de  matar a el toro ya cogido, una cornada muy seria, y cuando "El Madrileño" entro a la enfermería, y cayo el toro al el suelo,  la cuadrilla dio dos vueltas al ruedo y se les pidió una tercera, apuntando también, que fue una alteración de orden publico esa tarde y en ese toro que fue el primer toro de la tarde, que el presidente de la corrida no quiso conceder las orejas del animal, teniendo  que salir escoltado por la policía de la plaza, lo que dio a Jesús Pérez "El Madrileño" mas alas y ganas de seguir siendo torero, puesto que se dio cuenta, que si uno se aferra a ese sentimiento y a su afición, como a la  torería, se sobrepone y se regresa  mucho más reforzado y mentalizado para poder triunfar.


Llega la alternativa, un 25 de Mayo, en plena feria de San Isidro, con una terna de ensueño,  Palomo Linares, y Enrique Ponce, con toros de Atanasio Fernández, cartel con el que sueñan muchísimas figuras del mundo del toro, una tarde sin mucho triunfo, un poco precipitada, con un chaval que no estaba demasiado toreado, sin sentir el aliento del toro en demasiadas ocasiones, como pasa en la actualidad en muchas ocasiones,  y a partir de ese momento llego la cuesta arriba, por una parte, de pasar a formar parte de ese máximo escalafón de matador de toros, y por otra,  esa tarde ingrata en la  plaza de toros de Las Ventas de Madrid, que sin duda pesa tanto, pero que deja de estar durante diez años a "El Madrileño", como matador de toros, 


cosechando diversos triunfos  en muchas plazas, hasta que llega el momento de pasar a las filas de los toreros de plata, y se acuerda en esta reflexión de los chavales que empiezan y las cosas no les salen bien, diciéndo  que como a él,  con todo el dolor de su corazón, por que en su cabeza tenía la idea  de pasar por los ruedos con la muleta y la espada, pero no pudo ser así, se le cerraron muchas puertas, y con toda la humildad del mundo, se hizo
banderillero, yendo por derecho, haciendo las cosas bien, pidiendo todos los derechos estipulados, sin aparentar demasiado y haciendo las cosas siempre en torero, se llevo premio en dos ocasiones 2005 y 2007 en la feria de San Isidro., llego a entrar en las filas de toreros como Fundí, Juan Mora, Morante de la Puebla, hasta que llega su peor percance en la plaza de toros de  Montt de Marsans, Francia, un percance que le retira del toro, una cornada que ni él tenía preparada en su cabeza, puesto que los profesionales que se ponen delante de una fiera, incluso sabiendo que tienen posibilidades de que pase, nunca piensan que de esa forma, truncando su carrera como torero de plata, y como profesional en activo, pero que han hecho continuar en este momento,  siendo torero porque siempre lo ha sido, ayudando a la fiesta de otra manera.

  
  En estos momentos, se encuentra dando clases a aficionados prácticos, siendo el único torero que está continuamente dando clases prácticas, pero no alternándolas, sino continuamente, como si los aficionados se entrenasen para ser matadores de toros, también  ha hecho una asociación que se llama Aficionados Prácticos Amigos de Jesús Pérez "El Madrileño",

 con lo que intenta  crear grandes aficionados, que se den cuenta lo difícil que es torear incluso una becerra, incluso medio sabiendo, para  valorar el esfuerzo y trabajo que realizan los toreros en las plazas en su justa medida,  que no se critique o se sepa criticar lo que realiza un torero por muy chaval que sea en la plaza de toros, que lo peor de un torero en la plaza, ya no es la crítica, el triunfo o el fracaso,  sino la indiferencia cuando se está toreando con dificultades, ya sean climatológicas, por las condiciones del animal que le ha tocado en suerte, o por una simple mala tarde, inculcando esta profesión con mucho respeto,  tanto los aficionados hacia los toreros, como los toreros hacia los aficionados, teniendo en cuenta, que un torero, o cualquier profesional que se juega la vida en el mundo del toro, sale del hotel a la plaza,  y no sabe si volverá,  o dejara su vida por el camino.