En esta ocasión tenemos en nuestro blog , a un matador de
toros y maestro, como nos apuntara a continuación, que aun teniendo un corto
paso por los ruedos, por circunstancias y dureza de la vida de torero, ha
formado parte de los cartel de las primeras ferias y plazas del circulo taurino.
Hablamos de José María Plaza Polo
"JOSE MARIA PLAZA"
Comienzan sus
inquietudes como un chaval de pueblo norman y corriente con tan solo ocho o
nueve años, recordando que con tan solo
11 años le llama de forma especial el mundo del toro, viviendo en Torres de la
Alameda (Madrid), insistiendo a sus padres que lo veían como si fuera un juego
ya que en su familia no había nadie dedicado a esto como profesional, si muy
aficionados pero ninguno profesional,
para que le inscribiesen en la escuela de toreros de Madrid, que a demás,
en aquellos entonces era la única que funcionaba o existía en la comunidad de Madrid, sin tener ningún tipo
de peros por parte de ellos, e intentado facilitar su inscripción en ella,
donde por esos entonces, promocionaban
en dicha escuela, Julián Maestro, Lucio
Sundín, etc., comenzando a relacionarse
dentro de ella, con chavales que pensaban lo mismo que él y que querían ser
toreros, con las mismas inquietudes,
sueños, en querer ser futuras figuras del toreo, entrenando a diario, como si
al día siguiente se fuese a debutar de luces o se fuese a formar parte de
cualquier cartel grande.
Adquirió un compromiso con el mismo para ser torero, y
no le debe a nadie ni a nada, el formar
parte de esta familia torera, sino solamente con el apoyo de su propia familia,
y la vocación que ha tenido desde el primer momento y que comenzó el camino de
seguir y encauzar su vida por el mundo del toreo.
Actúa como Torero de Tapia, en festivales, torea becerros y pequeñas becerras con la escuela,
comenzando su andadura como torero, con
el primer becerro en Pozuelo de Rey
(Madrid), en el 1983, en una actuación que según José María Plaza, fue muy
satisfactoria, hasta el punto que se
celebro en Septiembre y antes de terminar el año ya le habían llamado por los
pueblos de alrededor , siendo grato de recordar, ya que al contrario de ahora,
si se estaba bien en un pueblo, en los alrededores siempre caía alguna
participación sin caballos, que con
altibajos, como es normal, estaban
haciendo a un futuro torero, reconociendo que antes también se alentaba a los
chavales cuando se estaba bien y le regañaba cuando las cosas salían de otra
forma, los profesores de la escuela de Madrid, Enrique Martin, Gregorio, Joaquín Bernardo, de los cuales
guarda muy buenos recuerdos, llegando al año 1985, en el que le descubre un
hombre de Arganda del Rey (Madrid), llamado Paco Santero, que lo vio con una
becerrada y se enamoro de su toreo, llevando su carrera artística junto con la
escuela de Madrid. Llego su primera
cornada grave, de mucha hemorragia, con rotura de safena, y de alguna vena mas,
con unas recuperación muy lenta y dura, una cornada que uno no espera como
novillero sin caballos, pero que llego y
muy pronto, enseñándole a que el toro por muy pequeño que sea, tiene su
peligro.
En el 1987 debuta
con caballos en la localidad de Ciempozuelos
(Madrid), cortando las dos orejas del novillo, recorre toda la provincia de Madrid
prácticamente, de cabo a rabo, saliéndole las cosas muy bien, haciendo cartel
con las máximas figuras de los novilleros, del momento, como Paco Camino Hijo,
Litri Hijo, llegando a torear unas 29
novilladas, y debutando en Madrid al año siguiente, con un nombre consolidado en el mundo del toro, y en el mes de marzo, otra novillada en la
feria de Madrid, con novillos de Peñato,
a el que corto en el segundo una oreja, dejando muy buen sabor de boca a los
aficionados allí presentes, otra después de la feria, otra en Sevilla, una más en Barcelona, marcándole
mucho el triunfo en Madrid, pasando por
todas las plazas de primera de España, reconociendo que no solamente han sido
un camino llano, sino que también ha tenido momentos muy difíciles, en este
transcurso ya que los toreros son personas y les afecta todo lo que les rodea,
para bien o para mal, llegando a tomar
la alternativa en el 1989.
No noto el volumen de los animales, al hacerse matador de
toros, porque en esa época, las
novilladas eran autenticas corridas de toros, pero el respeto de estár enfundándose
el capote de paseo el patio de cuadrillas, y ser el más joven del cartel, contradicción
de novillero que el algunas ocasiones, estaba por
delante en los mismos, fijarse en las caras de los participantes en las
corridas de toros de maestros curtidos, algunos de ellos con fincas ya pagadas
nos indica José María Plaza, le hacía mucha sensación, era otra división, y se
da un frenazo en la inercia tan buena que llevaba como novillero, además no estár
muy bien en el debut de la plaza de
Madrid que al final es la que da y quita, todo esto le hizo torear más o menos, hasta que por desgracia en Torres
de La Alameda, una cornada muy fuerte le retiro definitivamente de los ruedos,
una cornada que se llevo por delante el
triángulo de Escarpa del muslo derecho. Tras unos momentos de tensión en el
ruedo, el herido llegó a las dependencias de la enfermería, de la que era
titular el cirujano don Enrique Alcorta, que en esa tarde contaba con la
inestimable colaboración del también cirujano Máximo García Padrós y del
anestesista don José María Alonso Majagranzas, los tres del equipo médico
titular de la plaza de toros de Las Ventas.
La abundante pérdida de sangre hizo que José María ingresase
con un cuadro clínico preocupante, que además presentaba una tensión arterial
muy baja. Gracias a la profesionalidad del doctor Alonso, el torero recuperó
las constantes vitales, y cuando los cirujanos lograron cohibir la hemorragia
profunda por la rotura de las arterias femorales superficial y profunda, así
como las dos venas femorales y el nervio destrozados por el asta del toro, pudo
afirmarse que la vida del torero se había salvado, aunque su estado fue
calificado de gravísimo.
Cuando ahora está en
esos momentos de soledad, ve y piensa en esos momentos de su carrera de
novillero de decepciones y de fracasos, de triunfos, e ilusiones, en los que él
y ahora lo vive con los chavales de la escuela a la que le presta sus servicios
como profesor, de querer hasta dejar los
toros en algún momentos, teniendo en cuenta que no les ha dado tiempo ni de
cogerlos todavía, les intenta hacer que recapaciten, y sigan en este mundo tan, tan difícil pero tan, tan bonito.
Si no hubiese sido
torero José María Plaza, no tiene claro
que pudiera haber sido, posiblemente hubiera tomado la rama de los estudios,
pero no lo tiene claro, porque a la edad de 15, 17, 19 años estando en total plenitud
en el mundo de los toros y funcionando, no se lo planteo en ningún momento el haber
sido otra cosas.
Recuerda un novillo que mato en San Martin de la Vega (Madrid), como uno de los animales que le han marcado en
su carrera, no solamente por el triunfo al que le corto incluso el rabo, sino
por el volumen del animal y las sensaciones de esa tarde, al igual que le ha marcado una experiencia de las más grandes de su vida, sin tener
precio ninguno, el convivir con el maestro "Julio Robles", en su finca de Salamanca, durante dos
inviernos, entrenando con él, junto con los maestros, "Camino" y "Litri",
inculcándole unos valores de la vida en lo profesional y en lo personal , que
no olvidara nunca.
Le ha gustado siempre como toreros, Julio Robles, Manzanares,
Antoñete, Viti, Curro Romero, Paula....
etc, todos los que han tenido un
corte clásico, y en la actualidad le hubiese gustado tener
la ambición, el valor que derrocha, toreando casi perfecto, con personalidad, de el
maestro "Juli", pero sin
inclinarse por alguno en concreto,
porque según José María Plaza, en estos momentos se derrocha tanta capacidad a
la hora de torear, que se roza la
perfección del toreo.
Pondría más ambición en su vida de torero si pudiera
volver hacia atrás, y le quitaría conformismo, que él ha tenido mucho, siendo
una cosa que el ahora le inculca a los chavales que entrena en la escuela de " Fundación el Juli", donde es profesor en estos momentos,
entregándose desde hace unos cinco años en cuerpo y alma a encauzar la carrera
de los nuevos talentos que quieren ser toreros,
pensando que nunca un torero deja
de serlo en ningún momento, por que el ser torero, es entrar en una especie de religión, que le cautiva
para siempre, como el haber estado jugándose la vida, con y por el toro, demostrando que alguno e incluso el mismo, han vivido y
han dado hasta en algunos momentos su vida por esta fiesta, dándole la
dimensión que esta palabra conlleva, ser torero, con todo el respeto a la
profesión.
No ha tenido en ningún
momento rencor a los toros, ni siquiera después de la gravísima cornada que tuvo, Jose Maria Plaza, en su momento creyó caer en el más profundo
anonimato y por el contrario , con el paso del tiempo ve y siente el calor de la afición, de
cosas que sin haber tenido grandes triunfos en Madrid, Sevilla, etc., los
aficionados le han recordado y siguen teniendo en la retina, dándose cuenta, que en el mundo del toro, todos los
participantes ponen su granito de arena, para hacer esto mas grande, y tener en cuenta, que las cornadas más grandes son
las que te da la vida, y resume que, las del toro y lo dice un torero que está amputado
a raíz de la cornada que describimos
anteriormente, son las mas dolorosas, pero las que más daño hacen son las de la
vida, no a los contratiempos del día a día, pero si cuando has puesto toda tu
confianza en algo o alguien, y no ha salido como tu pensabas o querías, llevando las cornadas del toro incluso en
algunos momentos con orgullo, pero las de la vida, siempre se recuerdan más
amargas.
Nos recuerda que
sin implicación de las administraciones públicas, y sin respaldo, no de
subvenciones económicas, sino de, blindado la fiesta, ya que es una tradición,
no nacional, sino como bien define José María Plaza, Internacional , nuestra, con todos los matices y toda la
grandeza de ella, para presumir, de una cosa tan grande, tan orgullosa, y tan emocionante, que se debería de levantar entre todos, pero
a nivel no solamente de aficionados, sino también a nivel constitucional,
arrancando en estos momentos la
demagogia dentro del mundo del
toro, poniendo mucha ilusión y voluntad,
con gente de pensamientos y ganas,
de tirar hacia
adelante los toros, viendo como
elemental y fundamental la labor de las escuelas de tauromaquia en este momento
en la fiesta, con o sin personalidad en los nuevos, pero siempre que un chaval
se inscriba en este tipo de escuelas, seguirá viva la llama de la tauromaquia y el
compromiso con el mundo del toro, facilitando la inclusión dentro de la
tauromaquia y enseñando en lo profesional
y también en lo personal, de los
chavales que pertenecen a ellas.
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